Horas antes.

Como bien dicen quien tiene un amigo, tiene un tesoro… Que cierto es. El día antes de coger mi vuelo, un 7 de Enero de 2019 estaba nerviosa, como es lógico. Llamé a uno de mis mejores amigos y nos fuimos a uno de los sitios mas bonitos que tiene mi ciudad. Necesitaba tomar un poco de aire fresco y tenía ganas de ponerme mis tacones!!!

Si… aún rabiando de dolor a veces me colocaba mis botines. No sabía hasta cuando no podría ponérmelos y siempre me han encantado los tacones, pero si es cierto que aquí saber cuando podría volver a calzármelos no era mi prioridad. Tan sólo disfrutar y sentirme viva.

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Tomamos cerveza, y cuando el frío apretó cogimos el coche y cantando como unos locos nos fuimos a comernos una buena pizza y a mearnos de la risa.

Dia 8 de Enero de Enero de 2019. Me levanté y me fui a mi trabajo como cada mañana. Mis compañeras y mis jefes me decían que me cogiera el día libre pero ¿sabéis que? que a veces tener la mente ocupada es mejor. A las 13:00 me fui porque tenía cita con el médico de cabecera para que me diera la baja, tras ello a casa a comer y a hacer la maleta que a las 19:15 salía de nuevo mi vuelo para una cita muuuy esperada.

Maleta hecha, muletas preparadas, papeles preparados y madre la pobre histérica. Mi hermana nos lleva al aeropuerto y ahí de nuevo aparece mi amigo, el que vivía en Barcelona. A veces parece que todo llega cuando tiene que llegar.

Como había sido navidad, él estaba aquí y cogíamos el mismo vuelo hacia Barcelona. Como siempre, me gusta llegar con mucha antelación a los sitios (nunca sabes qué imprevisto puedes encontrar) así que en cuanto abrieron la cola de facturación, estábamos las primeras. Como me vieron un poco surfera andando y con las muletas me dieron asiento en preferente. Me meaba de risa con mi madre….

Al rato llegó mi amigo, pasamos el control y nos fuimos a la sala de embarque. Aquí quiero hacer un paréntesis. No sé la normativa con respecto a muletas o sillas de ruedas, por lo que compré un certificado médico oficial donde ponía que necesitaba muletas para la deambulación y sellado por un médico. No me lo pidieron pero solo faltaba que las muletas fueran en la bodega y se fastidiaran. Y a ver qué haces operada sin ellas.

Una vez dentro del area de embarque, me encontré a otro amigo que es piloto de la misma compañía que nos llevaría a Barcelona horas más tarde. No operaba mi vuelo pero iba a ir en él y me estuvo explicando que tenía prioridad para entrar en el avión y que incluso si necesitaba asistencia, tenían que dármela en el aeropuerto. Esto está muy bien saberlo y más adelante entenderéis el porqué.

Cuando uno no está acostumbrado a estas cosas y no tiene a nadie cerca que lo haya pasado y pueda informarle, a veces no utilizamos servicios que están a nuestra disposición y que ignoramos por completo.

Subimos al avión y mis nervios cada vez iban a más. Durante el vuelo, que es bastante corto, quería leer pero no podía, así que me puse mis cascos y a escuchar música mientras miraba por la ventanilla.

Llegamos a Barcelona, recogimos maleta, salimos a por el «aerobus» y de ahí al metro. Menos mal que mi amigo estaba con nosotras ya que no teníamos ni puñetera idea de la linea de metro. Tened en cuenta que en Granada hay un tranvía y teniendo coche, ni lo utilizas. Además de ir con una maleta grande, un portátil, una maleta pequeña, dos muletas, una mochila…. en fin jajajajaja

Eran entre las 10 y 11 de la noche cuando llegamos y yo tenía que comer ya porque a las 7 de la mañana me ingresaban. Nos despedimos de este chico del que os hablo y mamá y yo nos quedamos en la habitación del hotel, un par de calles mas arriba del hospital.

Pedimos Burguer King a domicilio. Mientras llegaba, me metí en la bañera a lavarme con unas esponjas de clorhexidina y depilarme, ya que según mi jefe, por cerca de «mi zona», iban a entrar con la banderilla. Además, me explicaron que no podía llevar ningún tipo de crema, desodorante o colonia en el cuerpo.

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Sí, así soy yo :). Tenía que saber todo, todo lo que iban a hacerme. Llegó el Burguer y a cenar!!!!!!!

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Cenamos y nos fuimos a dormir. Yo realmente parecía estar tan tranquila que después de todos los nervios que había pasado, me resultaba preocupante. No quería venirme abajo antes de entrar a quirófano.

Existen soluciones que nadie nos da a conocer

Aquí quiero hacer una reflexión.

Este problema cada vez afecta a más personas y es prácticamente nula la información que tenemos sobre ello.

En la seguridad social, olvídate de este tipo de intervenciones. No sé si por el costo de las mismas o porque valemos más enfermos que sanos y una prótesis en personas jóvenes tiene fecha de caducidad, ya que hay que cambiarla.

En España, hasta hoy, solo sé que hay dos personas que se dedican a hacerlo. Una es el Dr. Manuel Ribas en Barcelona y la otra persona sé que está en Sevilla pero desconozco su nombre.

Como bien indico al principio de todo este blog, no tiene mas fin que ayudar ademas de contar mi experiencia y eso quiero hacer.

Por desgracia no puedo deciros con exactitud el coste de este tipo de operaciones, pero prometo informarme sobre ello. Yo calculo entre 12.000-15.000€.

Dentro de quirófano tienes Traumatólog@s, anestesista, enfermer@s, neuro, cardio…. más quirófano, material de osteosíntesis, material fungible…

A esto hay que añadirle días de hospitalización y todo lo que ello conlleva. Si es en la misma ciudad en la que resides, suele ser entre 3 y 5 y si es fuera entre 5 y 7. En esos días hemos de incluir las curas, duchas, comidas y estancia.

Si te paras a pensar es un dinero, sí, pero hubiera pedido un préstamo de ser necesario, si no hubiera podido hacerlo mediante mi seguro privado.

Ahora vamos con esa parte que tampoco nadie va a contarnos… LOS SEGUROS PRIVADOS.

Si hacemos los cálculos nos trae a cuenta si podemos esperar. Mi seguro médico por ejemplo es de «Adeslas». Con mi edad los seguros oscilan entre 45 y 50 poco euros al mes, mientras que cuando alcanzas los 40, creo que sube.

Contando con las carencias de los seguros, unos 8, 9 meses en pruebas diagnósticas y hospitalización, 12 meses para intervenciones. 50€ x 12meses = 600€

Creo que sale a cuenta como digo si puedes esperarte y es un año. Antes de nada asegúrate con qué seguros te cubre ese médico.

Cuando me enteré de todo esto busqué y rebusqué y no hay absolutamente nada ni nadie que te cuente estas cosas, cuando económicamente alguien puede, está bien… pero… ¿la buena salud solo es para los que se la pueden pagar? Me niego.

Organizando intervención

Como os decía mi jefe no quería operarme. Él, tras valorar todas las opciones posibles, se puso en contacto con otro especialista en caderas con el que operaba a veces en mi ciudad, que por lo que se ve, podía solucionar mi problema sin necesidad de ponerme una prótesis de cadera.

Este señor se llama Manuel Ribas y es jefe en la unidad de cadera del Instituto Universitario Dexeus (Barcelona). Yo había oído hablar de él pero no puse mucho interés ya que confío tan ciegamente en mi jefe que si él no me lo nombraba, no me interesaba.

Resulta que hay una alternativa a la prótesis de cadera llamada OPA.

OSTEOTOMIA PERIACETABULAR DE GANZ.

¿Qué es la osteotomía periacetabular (OPA)?

Una OPA es una operación usada para corregir una aflicción llamada displasia de la cadera. La displasia de las caderas sucede cuando no hay cobertura suficiente de la cabeza femoral (bola) por un acetábulo excesivamente hueco (coyuntura de la cadera). Durante la OPA, el acetábulo es reposicionado para dar mayor cobertura a la cabeza femoral a fin de mejorar la estabilidad de la coyuntura de la cadera. La operación OPA mejora la función de las caderas, reduce el dolor en estas y frena la degeneración dentro de la coyuntura que puede producir artritis con el tiempo.

Supongo que como todos, busqué muchísima información sobre él y todo lo que tenía que ver con su trayectoria y especialidad. Tengo que decir que me sorprendió ver lo buen profesional que es. Íbamos a concertar una cita, pero nos explicó que era mejor en su consulta directamente, ya que está acostumbrado a trabajar con su equipo en su totalidad. Los técnicos de rayos saben exactamente como quiere las radiografías y lo más importante; tiene un programa que con estas imágenes hace como un plan en 3D con el que saben donde hace falta abrir para que la intervención sea lo menos agresiva posible, y un largo etcétera.

Bueno, pedí cita y un 18 de diciembre de 2018 volé hasta Barcelona. Sola. Allí me esperaba uno de mis mejores amigos que por entonces, vivía en esa ciudad. Yo no tenía ni puñetera idea de a donde tenía que ir ni como, así que él me recogió en el aeropuerto y me abrió las puertas de su casa para pasar esa noche.

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Os podéis imaginar… era un saco de nervios.

El 19 de diciembre fuimos a consulta por la mañana, en el hospital que unas líneas más arriba os he comentado. Me llevé todas las radiografias, resonancias y todo lo que tenía referente a la consulta que íbamos a realizar.

Una vez allí, me atendieron 2 traumatólogos más, que estaban aprendiendo sobre esto. Al momento,el doctor Ribas entró y empezó a ver las radiografias, me tumbó en la camilla y me hizo movilizaciones con «la pierna afectada». Sorprendido me dijo:

» ¡ Hombre no, esto no puedo operarlo en Granada! Esto necesito hacerlo aquí, pensaba que era mas sencillo pero no, necesito a todo mi equipo y una mesa de quirófano especial ¡ ademas tengo que operarte ambas caderas! «

Mi amigo el pobre me miraba y no sabía que hacerme ni como actuar para tratar de calmarme. Yo me quedé blanca y temblando.

Imaginaos, operarte fuera de tu ciudad y seguramente sola, porque no sabes exactamente que se te va a hacer, cómo, ni si alguien podrá irse contigo todos los días que estés en el hospital. Pero bueno esa historia es para más tarde.

Me dijo que me regalaba la cadera derecha para esos Reyes y la izquierda para los siguientes. La operación se programaría para el 9 de enero de 2019. En ese mismo momento salió conmigo a ver a su secretaria y se dejó el día cerrado, me dijo que iban a hacerme el pre operatorio completo antes de irme… radiografias, electro,consentimientos, sangre….. Cuando salí de ahí eran las 16:00h. Me fui a comer algo aún con el estómago revuelto ante semejante noticia. Corriendo por Barcelona para el metro y a casa de mi amigo a por mi maleta ya que, a las 20:30 salía mi vuelo de nuevo de vuelta a casa.

Cuando llegué a Granada, no sabía si reír o llorar. Tenía un cúmulo de sensaciones dentro que no sabía gestionar. Por una parte estas contenta, coño, esto va a acabar ya, pero por otra te das cuenta de lo complicado que es todo.

Cuando todo empezó…

Todo empezó hace aproximadamente 11 años, cuando los dolores comenzaron a limitarme. Mi impresión era que las piernas me pesaban además de dolerme. Me llevaron al especialista y el primer diagnóstico fue elevación de las rótulas.

Me dieron rehabilitación durante un par de meses y el dolor se calmó. Pero no desapareció.

El dolor seguía, cada vez un poquito más acentuado. Salía de fiesta y al quitarme los tacones me dolían los huesos… pero bueno ¿quién no aguanta eso con 20 años?

Al tiempo volví a ir al medico, me miraron la cadera y ahí el diagnostico fue:

-Sí, tienes displasia de cadera. Y eres muy joven, es algo con lo que tienes que aprender a vivir porque con tu edad ahí no se puede hacer nada, no te pongas tacones, no estés muchas horas de pie y deporte moderado….

¡¡¡¡¡¡¡PERDONA!!!!!?????

Siempre he sido una persona activa y trabajadora. Por entonces pasaba largas horas de pie, e igual. Dolor de pies, dolor de espalda, dolor de lumbares… será porque soy una burra (pensaba) hasta que el dolor cada vez iba a más y más.

Practicaba mucho deporte y el tener buen tono muscular en las piernas hacía que el dolor no apareciera de forma tan bestia.

En 2014 aproximadamente en una clase de GAP sentí un fuerte dolor en la pierna. A pesar de ello, continué con mis clases y mi trabajo como siempre.

A los pocos días,en la boda de mi mejor amiga, allí bailando, otra vez ese «crac» y ese dolor insoportable. Cuando acabó la fiesta me fui a casa a dormir y el dolor no me dejaba pegar ojo. Decidí ir a urgencias porque me mareaba y apenas podía estar incorporada. ¿Nuevo diagnóstico?

Pinzamiento del nervio ciático.

Efectivamente con el pinchazo que me dieron, el dolor se calmó, pero eso no acabó con él. De nuevo a los días decidí seguir haciendo deporte y mi vida, aunque ya me notaba algo más limitada que antes.

En 2015 empecé a trabajar en un centro médico. Le comenté el caso al traumatólogo con el que estaba allí. Me dijo que me hiciera unas radiografías y que se las llevara para verlas. Poco a poco ya empecé a no poder ir andando una calle sin cojear, parar, o tener que sentarme. El dolor empezaba en la parte trasera de mi cadera, continuaba por el lateral de la pierna hasta el pie, y no cesaba en ningún momento del día. La noche era la peor parte.

Me hice las radiografias y se las llevé sin dudarlo. El diagnóstico parecía claro: tenía displasia de cadera y efectivamente parecía severa, por lo que intentamos seguir trabajando para mantener las piernas fuertes.

Mi umbral del dolor siempre ha sido alto por lo que me armé de paciencia (que de eso no tengo) y pensé que con el tiempo y constancia se calmaría, ILUSA DE MI!!

Al haber cambiado de trabajo, pasaba 8 horas sentada todos los días, el dolor claro que era menos y era diferente. Cuando acababa mi trabajo e iba a la piscina, nadaba, mis compañeras me hacían un poco de rehabilitación…. Digamos que me mantenía.

En 2018 me derivaron a trabajar a un hospital, pero seguía en la misma empresa con los mismos especialistas. Allí andaba de arriba a abajo a todas horas… si te llaman de urgencias allí que vas corriendo, administración, quirófanos… corre corre!! y allí un día subiendo las escaleras, mis piernas pesaban el triple cada una. Sólo tenía ganas de llorar, no podía subir las escaleras. Al ir a casa, me costaba conducir, pero no quería que ningún medico que no fuera el mío me tocara.

Mi médico era mi jefe.

Me había visto trabajar con fiebre, anginas, gastroenteritis….. sabía que algo me estaba pasando.

En ese momento probamos temporalmente con unas pastillas, ambos queríamos evitar el quirófano. Enanplus…. benditas y malditas pastillas!!!!

Pasaron los meses, mejoró pero mi limitación iba a más y más, la cadera parecía desencajarse. Aquí ya llevaba meses sin salir porque no aguantaba de pie ni con zapatillas.

Os podéis imaginar la frustración y la impotencia.

Decidió que debería hacerme una artroresonancia porque ya no sabíamos que mas hacer.

Fui a hacérmela con otro compañero, un máquina como radiólogo y maravillosa persona. La artroresonancia en la cadera duele, no es un dolor insoportable, pero tampoco es agradable, es eso, mas desagradable que otra cosa. Me inyectaron con la canulita el líquido. Y al tubo durante un buen rato. A ver que tiene la muchacha…

¡¡¡Tachan!!! Guapa, te has jodido el Labrum pero bien, vamos a tener que infiltrarte a ver como vas.

¿Infiltración? ¿De qué? Pues de ácido hialurónico y corticoides.

Llegó el día de la infiltración, super ilusionada. Quizá esto acabe (pensaba). Como buena cotilla que soy, yo tenía que ver lo que iban a meterme por la cadera, tanto el líquido como la cánula. ¡Eso era enorme! Pero realmente, no duele mas que cuando te inyectan el contraste para la artrormn. Salí de allí estupenda.

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Un par de semanas después, salí un rato y me pude poner tacones, cómodos y bien anchos, pero los aguantaba.

No cabía en mi de felicidad, ya me veía de nuevo haciendo deporte, había cogido 9 kilos desde que empezó el calvario. Pero como siempre con calma y paciencia y haciendo caso de las indicaciones.

Cuando parecía que todo estaba ya estabilizado, otra vez ese dolor….

Ya si lloraba de dolor e impotencia. Un día comiendo con mi jefe, le dije que por favor si tenía que operarme lo hiciera, no aguantaba mas, quería vivir…. El me miró y me dijo: ¿Tanto te duele de verdad? ¿Realmente quieres operarte? Sin pensarlo le dije que sí, por favor. Recuerdo que soltó los cubiertos y se puso las manos en la cabeza y dijo algo así como: mis ganas de verte en un quirófano joder!!

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